Arte y Espectáculos

Un viaje a la edad media y el barroco a través de la música de Florilegium Musicum

Análisis de Eduardo Balestena del concierto de la agrupación.

Por Eduardo Balestena

Fundado en 1981 por la maestra Graciela Plancic, el Florilegium Musicum es un conjunto de música antigua de extensa trayectoria.

El pasado 15 de junio brindó un recital en un ámbito privado, marco intimista para una música que, además de su belleza, presenta numerosos aspectos de interés: por la hermosura de las obras, el significado que tuvieron en su época, a lo largo del extenso arco que abarcó el recital -desde la baja edad media al barroco- y por las explicaciones que permitieron guiar su escucha.

Fueron interpretadas Cinco cantigas de Alfonso X “El Sabio” (1221-1284), para rave, fídula, arpa, picos y percusión; A l´entrada del temps clar, anónimo, para picos, cromornos y percusiones; Saltarello, Italia, siglo XII, para flauta soprano y dos panderetas; Schiarazula Marazula, de Giurgio Mainiero (1530-1582), para arcos, bordones y cañas; Fantasía para tres flautas, de Thomas Morley (1557-1602), para dos flautas soprano y flauta alto de pico; Greenseleeves, para violín barroco, flauta, arpa medieval y cuerdas; Chaconna The Fairy Queen, de Henry Purcell (1659-1695), para cuerdas, soplos y continuo; Largo del concierto El Invierno, de Las Cuatro Estaciones, de Antonio Vivaldi (1678-1741), para violín barroco y tres violas da gamba; Marcha “para la ceremonia de los turcos” , de Jean Baptiste Lully (1632-1687); Dos danzas a la diosa de la danza “Terpsichore”: Süagnoletta y Courante, de Michael Praetorius (1571-1621) y Oy comamos y bebamos, de Juan del Encina (1468-1529).

Como es posible apreciar, en el programa hay tanto obras muy conocidas como piezas de extracción religiosa y danzas y ritmos que acompañaban a la vida cotidiana.

La rica y extensa charla con la maestra Graciela Plancic, luego del concierto, se refirió –lo mismo que su exposición durante las obras- a la descripción de los instrumentos, a los dialectos en que las obras eran cantadas, a su dinámica y al modo en que, originadas en gran parte en una época marcadamente oral, como la Edad Media, lograron llegar hasta nosotros. Un capítulo fascinante que también abordo el maestro Horacio Lanci en sus programas Curiosidades medievales y Carmina Burana, de su serie Un viaje al interior de la música.

Afinación diferente a la actual, modos antiguos, una textura donde hay variaciones tanto como líneas lentas y envolventes, el solo hecho de estar ante ese instrumental es de por sí una experiencia: el arpa medieval, de forma triangular; las flautas dulces y sus registros; los cromornos, con su arco curvo y doble lengüeta. El ravé morisco es un instrumento cordófono con arco curvo, de tres cuerdas, afinado en quintas; la fídula es un antecesor de las violas da gamba. Pudimos apreciar a las violas da gamba en sus distintos registros, tal como aparecen en la película Todas las mañanas del mundo y recordar a Mari Marais, cuando decía que el instrumento podía abarcar todas las gradaciones de la voz y los sentimientos humanos. La mandora es un instrumento de cuerda, de cuatro órdenes de cuerdas, dos simples y dos dobles; el violín barroco, con un arco diferente y sin microafinadores, el teclado afinado con registro de clave. Una gama de voces muy distintas entre sí.

También la percusión es variada: el tambor de copa, llamado también debake o tov; las castañuelas, el sistro: tabletas de metal apoyadas sobre una pequeña caja de resonancia; el aro con sonajas; panderetas; triángulo, campanita y cascabeles.

No es fácil conseguir tales instrumentos, adquiridos privadamente por los integrantes del conjunto, alguna vez gracias a los préstamos del Fondo Nacional de Las Artes. Es posible conseguir algunos en el país y el resto en Europa –sobre todo en Alemania e Inglaterra- y en Estados Unidos.

Hacer música antigua parece ser una especie de cruzada y de entrega.

La maestra Graciela Plancic y su esposo, el violoncellista Alfredo Bouvier contaron sus encuentros con Jordi Savall, a quien siguieron en actuaciones europeas y que invitó a la maestra Plancic a que probara su viola da gamba, un objeto prácticamente sagrado para ella.

Fue un viaje en el tiempo y también hacia el interior, al rescate de antiguos sonidos y de la actitud y decisión que lleva a poder producirlos.

La pasión por la Edad Media los llevó al estudio de la gastronomía, buscando libros de recetas anteriores a la llevada de los españoles a América –es decir sin papa ni tomate- y también a hacer el vino hipocrás, muy presente hasta el siglo XVIII, que, elaborado por la propia maestra Graciela Plancic pudimos degustar: un vino vigorosamente especiado, con las proporciones justas de ingredientes.

El conjunto Florilegium Musicum está integrado por: Mariela Acuña, flautas de pico, cromornos y percusión; Nadine Pilcic: flautas de pico, cromornos; Verónica Giné: fídula, viola da gamba; Alfredo Bouvier, viola da gamba, laúd. Percusión; Graciela Plancic: flautas de pico, mandora, viola da gamba y percusión.

Como músicos invitados participaron: Josefina Lyall, violín barroco; Florencia Olivieri, ravé morisco; Felipe Genovese, contrabajo; Leopoldo Gaillour, arpa medieval y continuo.

Egresada de la Universidad Nacional de Rosario, la maestra Graciela Plancic integró el Conjunto Pro-Música de Rosario y participo en giras en el país, Estados Unidos y Centro y Sud América. Es directora de coros y ha llevado una extensa actividad en la investigación, que la hizo acreedora al título “Mérito Académico” y ciudadana ilustre, por sus investigaciones académicas. Es además una excelente animadora.

La música es siempre un viaje que emprendemos, uno en el cual alguien nos enseña un camino, algo nuevo y nos brinda una experiencia que es lo que es a costa del estudio, la dedicación y la entrega.

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